Observatorio para Oceanógrafos en la Playa de Bolonia, Cádiz.

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En Cádiz, la duna de Bolonia domina ahora la ensenada en la que en la antigüedad se asentó Bolonia, ciudad-colonia romana dedicada a la pesca y el comercio en el área del estrecho de Gibraltar, próxima al extremo meridional de la península, Tarifa.

Junto al yacimiento que atesora los magníficos vestigios borrados de la superficie por un tsunami, o quizá más de uno, pero conservados bajo la fina arena atlántica, la misma que en su caprichosa ascensión entre frondosos pinares, configura la imponente lengua arenosa: la duna de Bolonia.

Éste emplazamiento privilegiado es el elegido para un punto de observación para el estudio oceanográfico. Un programa sencillo articulado por un eje que divide y protege de los vientos dominantes, sendas vertientes visuales con espacios cubiertos dotados de terraza para la completa visualización del horizonte marítimo.

La comunicación entre ellos a través del eje-escalera-pasillo cobijado entre tres muros paralelos, alberga así mismo un refugio ante temporales y vendavales, frecuentes en la aún salvaje costa gaditana.

Los materiales , hormigón blanco-amarillo con aditivos especiales para evitar su rápida degradación fruto del ambiente marino, en simbiosis con el entorno de dunas difuminan las suaves líneas de la edificación haciéndola desaparecer, como las ruinas de Baelo Claudia, semienterradas merced a los vientos del océano.